Jacques, álter ego de Albert Camus, recrea los últimos años de su vida. Significado por su oposición a cualquier forma de violencia, no sólo a la pena de muerte sino también al terrorismo, que surgió en su patria como reacción al régimen colonial francés, se enfrentó asimismo a la idea de que el fin justifica los medios, lo que le granjeó la antipatía de la mayor parte de los intelectuales de su época y amenazas de muerte en reiteradas ocasiones. El escritor nacido en Argel se vio perseguido, como él mismo confesó en su novela El primer hombre, por una pesadilla que le visitó con regularidad bajo formas diferentes, pero con un motivo recurrente: venían a buscarlo a él para asesinarlo.