Varsovia llueve es la expresión de una línea temporal sostenida en la vivencia del instante y en la asunción de un mundo que siempre acaba en la certidumbre del cambio y de la pérdida. Su título converge en dos símbolos íntimamente unidos a la vida de la autora: el viaje y el mundo natural, a su vez, dos deseos inacabables. Rilke ilumina con su cita preliminar los grandes temas del libro: el fulgor del instante, la desesperada supervivencia, la asunción de la muerte entre el fluir vital y la intensidad oceánica.
Varsovia llueve tiene la originalidad de construirse sobre un doble espacio escritural, en el que un libro en letra cursiva está contenido dentro de otro. Ambos espacios refieren a la biología animal y a una geografía de amplias panorámicas, constituyendo los dos polos sobre los que derramar la palabra poética, palabra que es pensamiento, sentido y encuentro.