La maravilla de este libro consiste en construir de una manera viva, repleta de detalles y coherente un mundo de seres diminutos que viven bajo el suelo de las viviendas, entre las paredes, tomando prestado de los seres humanos las mil cosas que hay en una casa para darles un nuevo uso en sus hogares. Esta historia escrita en 1952 sigue proponiendo a los lectores de hoy una aventura trepidante cuando los dos mundos: el de los humanos y el de los incursores se encuentran a través de la niña diminuta y del niño humano. Este libro reúne dos historias: la primera es la vida de estos personajes en una gran casa hasta que son descubiertos y deben irse a vivir al campo donde trascurre la segunda parte del libro.