Hoy he dejado la fábrica es la vida normal puesta por escrito,retazos de lo cotidiano descritos de forma tan precisa quehacen sentir a quien los lee que quizás sea posible entenderlo todo, que solo baste con mirar.
«Esta especie de diario de compañías y soledades», es quizá uno
de los textos más personales del autor hasta el momento, un
compendio de microrrelatos que funcionan como ventanas a
la psique del propio autor, a sus miedos, recuerdos, vivencias,
sueños y pesadillas. Un juego de luces y sombras en el que el
escritor juega a confundir al lector, que transitará estas páginas
en un irremisible estado de duda, asaltado por realidades y fantasías;
un estado que no amainará, destinado a perdurar más
allá de la lectura de estos pedazos de vida.
Hoy he dejado la fábrica es un volumen que apela a nuestros
miedos más antiguos, como toda la obra de Monteagudo. Porque
«apela al desconocido que nos sigue cuando subimos la escalera,
a lo que puede estar pasando en la habitación contigua, cuando
se apagan las luces. Y, como ocurre en este libro, la amenaza
está en la mueca de un transeúnte, o en el carácter duro y fiero
de un compañero de trabajo, o en la posible traición, en el deterioro
y la pérdida», escribe Lilian Neuman en el prólogo. Un
libro de relatos que nos hablan de la vida y de sus mecanismos
insobornables, de nuestras propias vidas, nos interpelan y nos
obligan a enfrentarnos a quienes somos y quienes hemos sido.