Esta obra es la prolongación íntima y filosófica de «Emilio», el célebre tratado pedagógico de Rousseau. Escrita en su etapa final, cuando ya no podía desarrollar sus ideas libremente en París, «Emilio y Sofía o Los solitarios» traslada el ideal educativo a un escenario de desencanto. Emilio, al abandonar los principios que lo formaron, y Sofía, al someterse a un rol que le exige renunciar a sí misma, encarnan la tragedia del fracaso utópico. Una obra breve pero esencial, donde Rousseau desvela sin adornos su humanidad y su vulnerabilidad como pensador.