Cuando los cómics se llamaban tebeos: la escuela Bruguera (1945-1963) reivindica y reconoce la calidad de
aquellos creadores, cuyas criaturas reflejaron con ingenio y mucha ironía la compleja y gris sociedad de la postguerra.
Los autores, personajes y técnicos editoriales de aquella Bruguera son objeto de un rendido homenaje en este libro.