Si el hombre es una noche, una nada vacía, y se obstina en locutar, en convertirse en correa de transmisión y vocero sin sueldo de una vida sin poesía, ¿cómo se puede responder Frente a los secretos públicos de la tecnocracia, a la planificación del desastre, al correr sin cuento de las opiniones ajenas, a la carrera de armamentos, Peter Handke levantó con los textos recogidos en "Cuando desear todavía era útil" una noche distinta, propia y, sin embargo, abierta a todos, que miraba al hombre a los ojos y le devolvía imágenes detenidas: fotografías enemistadas con la fotografía y palabras rescatadas del hábito y del gesto vacío, de la noche del mundo. Hay un poema azul, y una divagación sobre el miedo, y un homenaje a un escritor distinto, y un paseo por el inhóspito París de la Défense, "aún en obras y ya en ruinas", y un discurso que no lo es, y un poema a la irracionalidad y la felicidad. En todos ellos, escritos entre 1972 y 1974, Handke abre caminos a un narrar en el que la palabra es salvaguarda porque sigue siendo del niño y juega. Esta edición, traducida por Adan Kovacsics, incluye también "C