Publicado por primera vez en 1977, es el texto fundamental
	de su actividad pedagógica y continúa siendo referencia para una
	reflexión sobre la relación entre los niños y la escuela. Lodi nos traslada
	su observación atenta sobre el modo de pensar y aprender de los niños
	y niñas a partir del aula como lugar de intercambio, formación
	y confrontación.
	Defensor de un modelo escolar en el que se potencien las capacidades
	expresivas y creativas del alumnado, estimulando el pensamiento
	reflexivo y los valores democráticos, esta obra servirá de acicate
	para quienes quieren seguir trabajando por una enseñanza activa,
	por una escuela basada en valores como la solidaridad y la cooperación,
	en la que cada niño y niña puede desarrollar sus propias actitudes
	e inteligencias, así como sus habilidades expresivas y creativas.