En el verano de 1968, Joaquín López Fabregat viajó a Cité Jaïs, en las afueras de Argel, para trabajar en la mejora de la red de abastecimiento de aguas, a través de una organización de solidaridad internacional europea. Luego inició un periplo al interior del país viajando con amigos y personajes que se iba encontrando hasta llegar casi a Mali.
Cincuenta años después evoca las ciudades: Argel, Orán, Tlemcén, los poblados, los oasis, y su descenso al gran Sur.