La mejor manera de conocer a un poeta es leer sus poemas.
Si nos gustan desearemos hacerlos nuestros y sentiremos una envidia sana (si tal cosa es posible) hacia la persona que los escribió. Y quizá pensemos que nos hubiera gustado vivir una vida así, para poder sentir y escribir esas cosas. Quien quiera saber más de Gloria Fuertes tendrá que leer sus libros, porque ya no está la autora para recitarlos (de una manera que hacía temblar) al oído, a la cara o a las narices. A muchos lectores que no conocen su obra, seguramente les gustarán sus poemas y se enamorarán de esta joven revolucionaria.
Ahora, en la celebración de su centenario, rescatamos sus poemas para adultos de todas las edades.
Gloria Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en el castizo barrio de Lavapiés, en el seno de una familia humilde, y falleció en 1998. Luchadora hasta la muerte, estudió biblioteconomía e ingles, mientras tabajaba y escribía. En los años 60 vivió en Estados Unidos, impatiendo clase en las universidades de Bucknell, Mary Baldwin y Bryn Mawr.
A su regreso, recibió una beca de la Fundación March, lo que le permitió dedicarse por completo a la literatua.
Es conocida por el público en general por su colaboración en medios de comunicación y recitales.
Mi poesía está aquí, como nació –sin ningún ropaje de retórica–,
descalza, desnuda, rebelde, sin disfraz.
Mi poesía recuerda y se parece a mí ”.