¿De qué hablamos en nuestras sesiones de Club? Aquí compartimos nuestras impresiones sobre los las lecturas que compartimos. Libros y lectoras...y mucho más.
Olive Kitteridge. Elisabeth Strout. Editorial Duomo. Premio Pulitzer 2009. Lectura de marzo, que comentamos en abril 2021.
Olive Kitteridge es una mujer sin igual. Nos gustó, nos conmovió, nos hizo reír y también llorar; nos cautivó por su manera de ser, más dura en las formas que en el fondo. Un personaje muy humano lleno de contrastes, hosca, implacable, directa, gruñona pero no exenta de ternura y con capacidad para amar a su manera. El libro nos va mostrando por capas la vida de este singular personaje y nos presenta a otros, dibujando la aventura cotidiana de la vida con sus luces y sus sombras, la parte amarga y algunos momentos dulces (aunque vengan aparentemente de una bolsa de donuts). Pero también hay plantas y jardines, y paseos y conversaciones y un mirar la vida y sentir la experiencia de envejecer desde la atalaya que propicia la edad. Olive Kitteridge fue maestra y nos gustó esa circunstancia, su relación con el tranquilo Henry, su marido, porque en el fondo forman un tándem que se complementa. Nos gustó porque nos parece real, porque nos muestra otro Estados Unidos, porque frente a las situaciones de la vida responde como un ser humano, porque nos presenta a terapeutas que siguen señalando a las madres como culpables, porque no juzga a la gente por lo que dice sino por lo que hace. Y nos entusiasmó su carácter. Olive brilla con luz propia a través de trece relatos que nos dibujan otros tantos personajes cargados de miedos, frustraciones, derrotas y sinsabores.
Nos llamó la atención el pulso narrativo de Elisabeth Strout, su perspicacia, su manera de recoger conversaciones de forma contenida y de omitir para decir más de lo que diría con palabras, junto con el toque irónico para hablar de las insatisfacciones personales y describir de forma tan gráfica sensaciones que se hacen palpables. Strout construye historias que nos resultan cercanas, manteniendo una magnifica tensión narrativa, desplegando un lenguaje rico y reflexivo lleno de vibrantes diálogos.
Otros libros de la autora: Amy e Isabelle (1998), Permaneced conmigo (2006), Los hermanos Burgess (2013), Me llamo Lucy Barton (2016), Todo es posible (2017) y Luz de febrero (2021)
Mapocho. Nona Fernández, escritora y guionista chilena.Editorial minúscula.
Lectura del mes de febrero de 2021:
Se dijo que el Mapocho, título de la novela y nombre del río que cruza Santiago de Chile, era una herida abierta en la historia de Chile, el ombligo, la figura alegórica que la autora utiliza para mostrar su inquietud por entender lo que nos constituye.
Se dijo que Mapocho era una búsqueda en la historia y la memoria de los chilenos, memoria que nos recordó a otras escritoras y algunas de las obras que hemos leído en el club, Los años de Annie Ernaux, Y eso fue lo que pasó de Eugenia Ginzburg, Pequeñas mujeres rojas de Marta Sanz, Los recuerdos del porvenir de Elena Garro, Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Müller, entre otras.
Se dijo que Mapocho estaba escrito en tono alegórico, de forma coloquial, con una escritura ágil, directa y llena de “chilenismos”, que su lectura era profunda, no exenta de cierta dificultad, pero se leía con interés.
Se dijo que los personajes de Rucia, de su hermano el Indio, de la madre, y Fausto, el padre, eran todos ellos personajes con una dimensión humana y simbólica. En ese sentido, el nombre de Fausto, escritor de una historia oficial que ocultaba la realidad, no era casual, de alguna manera su función en la novela remitía al Fausto de la leyenda.
Se dijo que la dureza de algunas de las escenas de Mapocho nos hacía pensar en muchos de los avatares de la historia y que la ficción probablemente era bastante fiel a la realidad, las arbitrariedades cometidas por los conquistadores españoles representados en la figura de Pedro de Valdivia y las cometidas por los militares durante la dictadura.
Se dijo que el juego entre la realidad y los muertos, los que nunca mueren y cuentan la vida la de antes y la del ahora nos remitía al realismo mágico, la voz de la protagonista Rucia, muerta y viva, nos conducía de su mano a la historia de una familia, pero también a la historia de un país. Nada en Mapocho parece gratuito u obra del azar.
Lourdes Rubio, viajera, periodista y crítica literaria.