Nuestra lectura del Club Noviembre para mes de abril ha sido La juguetería mágica de Angela Carter (publicado por Sexto Piso en 2019).
“El verano en que cumplió quince años, Melanie descubrió que era de carne y hueso”
Éste es el potente inicio de la novela protagonizada por Melanie, una joven que se verá obligada a dar un cambio radical de vida a causa de la muerte de sus padres. Melanie, junto a sus dos hermanos pequeños, debe marchar a vivir a casa de su desconocido tío Philip. Allí compartirá casa con su tía Margaret y los dos hermanos de ésta. Los tres viven aterrados y sometidos por la autoridad de Philip.
La nueva casa es una juguetería, y en ella Melanie irá encontrándose poco a poco más incómoda, sintiendo estrecheces (no hay agua caliente, ni jabón, ni papel higiénico, por ejemplo), viviendo un ambiente opresivo y asfixiante. Página a página, iremos descubriendo junto a Melanie el lado humano de cada uno de estos personajes, su amor por la música, la pintura, la lectura y la sensualidad, siempre bajo la aterradora presencia de tío Philip. Una historia que podríamos resumir en tres momentos: la perversión del orden, un viaje iniciático y la liberación de los desfavorecidos, ambientados en un entorno cargado de olores y simbología.
Angela Carter es reconocida como una de las mejores escritoras inglesas del siglo XX, que ha sabido crear un mundo propio, muy especial y de tintes góticos a lo largo de su obra.
La juguetería mágica es una novela gótica en un sentido amplio. En ella no hay elementos mágicos, más bien es realista, aunque de una realidad cargada de simbolismos (los que podemos reconocer en la mayoría de cuentos clásicos, de los que bebe el imaginario de Carter).
Para poder hacer una lectura más enriquecedora de la novela, y no permanecer en la superficie del argumento, debemos tener en cuenta dos de los temas que más interesaron a Angela Carter a lo largo de su vida: el psicoanálisis y los cuentos de hadas.
En el comienzo de Psiconálisis de los Cuentos de Hadas de Bettelheim leemos: “si deseamos vivir, no momento a momento, sino siendo realmente conscientes de nuestra existencia, nuestra necesidad más urgente y difícil es la de encontrar un significado a nuestras vidas”
Y este significado y sentido a nuestras vidas lo encontramos a partir de nuestra experiencia, pero también de nuestras lecturas.
La lectura de La juguetería mágica es gratificante, placentera, como un cuento maravilloso que escuchamos al calor de la lumbre, pero, ¡Ah!, atravesado por elementos oscuros, irracionales, violentos y siniestros que trasgreden el cuento tradicional que tan bien conocía la autora. No olvidemos que Cuentos de hadas de Angela Carter (Ed. Impedimenta) es una recopilación antológica de esos cuentos.
La historia se inicia con dos tópicos de la literatura juvenil: la orfandad y el reconocimiento de la sensualidad. Y transcurre de forma pausada, lírica, barroca en ciertos momentos (espacios rellenos de objetos y detalles), hasta toparnos con un final abrupto y sorprendente. Acompañaremos a la protagonista a lo largo de su proceso de autodescubrimiento a través de la experiencia, junto con su autoconocimiento del cuerpo, que encarna el paso de la ingenua adolescencia a la dolorosa madurez. Y de este eje temático principal se ramifican otros intrínsecamente relacionados: la iniciación sexual, los roles femeninos, los deseos sexuales, la liberación de la autoridad opresora, el camino hacia la madurez, la dolorosa vida adulta, etc.
De lectura aparentemente fácil y con un ritmo muy fluido, su escritura sencilla no le resta profundidad y complejidad al texto, encontrando sentidos ocultos y múltiples referencias en cada elemento utilizado, como por ejemplo a: Caperucita Roja, Hänsel y Gretel, Barba Azul, Alicia a través del espejo, Dickens, de pintores como El Bosco y W.Holman Hunt, el dios Pan, el mito de Leda y el cisne, la Biblia, o incluso al verso del soneto Ozymandias del romántico Percy Shelley : “¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!”
Encontramos, por ejemplo tres elementos del cuento clásico que están también presentes en la obra de Dickens: en primer lugar, tres huérfanos que van a parar a manos de su tío, un personaje lleno de odio; en segundo lugar, un jardín abandonado que parece sacado de un cuento fantástico; y por último, la sensación de no pertenencia, de no pertenecer a ningún lugar ni familia, junto con la necesidad de sentir cierto arraigo, o sentirse parte de algo.
Nada es banal. Cada descripción, situación, diálogo construye una ficción sin pretensión de verosimilitud, el ambiente que consigue crear Carter parece enclavado en el siglo XIX, pero el tiempo narrativo se sitúa a mediados del XX (y lo destaca con detalles temporales que ayudan a resaltar esta aparente contradicción), y nos va acompañando y creando una atmósfera inquietante, de tiempo en suspensión, que no nos abandona ni tras el final. Al leer la Juguetería entramos en una realidad simbólica que nos ayuda a encontrar el sentido o significado.
Queremos destacar también la belleza del lenguaje que emplea Carter, lleno de elementos poéticos de una gran inteligencia y calidad literaria. La autora utiliza las palabras como el filo de un cuchillo, por ejemplo en expresiones como “trozo de masa cruda” para describir un estado anímico, o la muy perturbadora “apasionada suciedad” refiriéndose al objeto de deseo.
Los personajes, como en los cuentos de hadas, han sido creados para personificar un tipo, sin resultar por ello planos sino ricos en contradicciones. Son hombres y mujeres que representan una función en la narración.
Así, por ejemplo Melanie es inocente y despierta a la consciencia de la sensualidad de su cuerpo, como metáfora del despertar a la madurez. Se transforma, se libera de las ataduras sociales, pero paga un precio. Tío Philip pasa poco tiempo en casa, pero ha conseguido aterrar al resto de la familia. Es rudo, avaro, desconoce el nombre de sus cuñados y de sus sobrinos, pero al mismo tiempo es inteligente e ingenioso creando juguetes asombrosos y aterradores, pero también sabe ser delicado con sus títeres. Es la encarnación del mal, la opresión y la tiranía, en contraposición al resto de personajes.
Tía Margaret perdió el habla cuando se casó, como símbolo de sumisión a su marido y de sacrificio por sus hermanos. Apenas come, pero es capaz de cocinar auténticos majares y es cariñosa con Melanie. Finn y France, hermanos de Margaret, de origen irlandés, son salvajes, rudos, desconfiados, temerosos de Philip. Aunque en secreto se deleitan con la música, la pintura, el baile y los libros; en contraposición a Philip, representan de alguna manera la cultura y la bondad. Finn, concretamente está representado como el Dios Pan: animal, bestial, y a la vez objeto de deseo. En el fondo, todos son víctimas de tío Philip.
Y finalmente, como metáfora de esta angustia en la que viven los personajes de la juguetería, vemos a Jhonathon, el hermano menor de Melanie. En su vida anterior se deleitaba construyendo maquetas de barcos, ahora su tío Philip lo explota haciéndole construir barcos encerrados en una botella que vende a muy buen precio.
Confesamos que nos ha sorprendido el final de la novela (que no contaremos para disfrute de futuras lectoras). Un desenlace abrupto, muy rápido respecto al ritmo de toda la narración, sorpresivo e inesperado. Nos queda la sensación de que algo nos hemos perdido, algo que estaba oculto y no hemos sabido ver a pesar de las pistas que la autora ha ido dejando en la narración… y es que al final lo prohibido, el tabú se hace presente.
Pese a haber calificado la novela como un cuento gótico, destacamos lo novedoso del texto (de 1967) por la transgresión de los elementos del cuento que Carter nos presenta. Que la voz narrativa sea una adolescente, su cuerpo y la pulsión sexual también será un planteamiento novedoso para los años 60.
Finalmente, al hilo de elementos que hemos subrayado en La juguetería mágica, y para una mayor comprensión, nuestra coordinadora, Lourdes Rubio destaca su relación con el psicoanálisis y nos recomienda la lectura de Mujeres que corren con los lobos, el libro de Clarissa Pinkola Estés que revela ricos mitos interculturales, cuentos de hadas e historias (muchas de ellas relativas a su propia familia).
Como lectoras, es un texto que, además de deleitarnos, nos ha hecho reflexionar sobre nuestro propio deseo. Esperemos que lo disfrutéis.
https://www.jotdown.es/2019/02/angela-carter-donde-las-hadas-no-se-aventuran/
En este enlace, el texto original en inglés: https://es.wikipedia.org/wiki/Ozymandias